¡No tengan miedo!
(Homilía de de la Anunciación del Señor, 25 de marzo de 2015)
Bienvenidos y bienvenidas a hermanos y hermanas. En este itinerario
cuaresmal que estamos pasando, celebramos la Anunciación del Señor. La iglesia
nos invita a entender el misterio de la salvación: la encarnación, la cruz y la
resurrección. Ha llegado la plenitud de los tiempos; el que desde antes de los
siglos era el Unigénito Hijo de Dios por los hombres, se encarnó en María, la
Virgen, y se hizo hombre por obra del Espíritu Santo.
Hermanos y hermanas, quería compartir
con ustedes una pequeña reflexión sobre una de las virtudes de María. El ángel
le dijo: “¡No temas María!”¡NO TEMAS! La Biblia repite muchas
veces este anuncio lleno de ternura; casi como un río de misericordia esta
palabra recorre todos los libros sagrados, desde el Génesis hasta el
Apocalipsis.
Es el Padre el que repite a sus hijos que no tengan
miedo, porque Él está con ellos, no los abandona, no los olvida, no los deja en
poder del enemigo. Es como si fuera una declaración de amor, de corazón a
corazón, y llega hasta nosotros.
Abrahán ha oído esta palabra
y después de él su hijo Isaac, después los patriarcas, Moisés, Josué, David,
Salomón y con ellos, Jeremías y todos los profetas. Ninguno está excluido de
este abrazo de salvación que el Padre ofrece a sus hijos, también a los más
alejados, los más rebeldes.
María sabe escuchar
profundamente esta palabra y se la cree con fe plena. Ella escucha y cree,
acoge y vive también para nosotros. Ella es la mujer fuerte y animosa que se
abre a la llegada del Señor, dejando caer todos los miedos, las incredulidades,
las negativas. Ella repite este anuncio de Dios dentro de nuestra vida y nos invita
a creer con ella.
Hermanos
y hermanas, vivimos en un mundo que tiene mucho miedo. Todos los días leemos o
escuchamos las noticias: la muerte de muchas personas por bombas, los ataques
terroristas, la corrupción, etc. Hace tres meses se estrelló un avión en
Indonesia, mi tierra, y se murieron 162 personas. Ayer, se estrelló otro avión
en Francia y se murieron 150 personas. Muchas veces en nuestras vidas tenemos
miedo: a perder la salud, a sentirnos no seguros y a la muerte.
Hoy, en
esta celebración, escuchamos la palabra de Dios que es más profunda: ¡No teman!
¡No tengan miedo! María es una discípula que no tiene miedo a poner la fe en el
centro de su vida. María nos invita a escuchar y creer la palabra de Dios: ¡No
tengan miedo! que Dios nos guarda de todo mal; que Dios no nos abandona; que
Dios está siempre con nosotros. ¡Que así sea!
Salamanca, 25 de marzo de 2015
(La solemnidad de la Anunciación del Señor)
Salamanca, 25 de marzo de 2015
(La solemnidad de la Anunciación del Señor)
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